lunes, 1 de julio de 2013

MEDIACION INTERCULTURAL

POR MARIA GAMEZ CASADO


Actualmente, la multiculturalidad es una evidencia, ya que la realidad nos muestra la coexistencia, que no convivencia, de las diferentes culturas, costumbres, religiones…

En la sociedad multicultural en la que hoy nos encontramos, los inmigrantes forman parte de nuestra vida cotidiana. Por ello, surge la necesidad de aprender a convivir juntos.

Que la convivencia entre los españoles e inmigrantes sea agradable, positiva y pacífica, es trabajo de todos, por lo que hay que trabajar en común para alcanzar resultados enriquecedores. Éste es el punto de partida de la interculturalidad.

La interculturalidad es la interacción entre personas y grupos, favoreciendo en todo momento la integración y convivencia entre culturas. En las relaciones interculturales se establece una relación basada en el respeto a la diversidad y el enriquecimiento mutuo. Sin embargo, no es un proceso exento de conflictos, estos pueden resolverse mediante el respeto, el diálogo y la escucha mutua. Es importante aclarar que la interculturalidad no se refiere tan solo a la interacción que ocurre a nivel geográfico sino más bien, en cada una de las situaciones en las que se presentan diferencias.

Para que la interculturalidad sea efectiva, hay que estar dispuestos al cambio. Hay que conocer al otro, reconocerlo, aceptarlo y, lo más importante, convivir con él.

El mediador intercultural acude allí donde hay dos culturas distintas en contacto, y a veces en conflicto. Su objetivo principal es acercar posturas y hacer que las dos partes se entiendan.

Éste se encarga de implicar a la sociedad para favorecer la convivencia intercultural, es conocedor de la diversidad y las diferencias culturales que puedan existir, ayuda a que las partes vean el conflicto desde distintos puntos de vista, acercando posturas.

 

El mediador intercultural es un facilitador de la comunicación entre dos culturas, crea un contexto flexible en la conducción de las disputas. Ayuda a las dos partes a llegar a un acuerdo, acercando las posturas de ambas partes en conflicto.

Un mediador intercultural, debería transmitir confianza a las dos partes y facilitar un ambiente relajado. Ha de ser neutral. Esta imparcialidad le exige al mismo tiempo desempeñar un rol de sensibilizador frente a la desigualdad o discriminación social o institucional.

No se centra en la resolución del conflicto o llegar a acuerdos, sino en la transformación de la relación entre las partes.

La escucha activa es fundamental en el mediador, que no se limita a oír y trasladar lo que se dice de una parte a otra, sino que tiene que saber preguntar en el momento oportuno, centrar sin presionar y respetar los silencios.
Estar relajado es muy importante en nuestro trabajo, porque para la persona inmigrante su problema es único y ayudarla a resolverlo es lo más urgente para ella.

2 comentarios:

  1. En unos meses me marcho de voluntario pero espero poder hacer un curso de mediador social a mi regreso. Creo que el papel de un mediador social es indispensable para mejorar la convivencia intercultural y social entre todos.

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  2. Mucho animo Laura y siempre nos tienes a tu disposición.

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