viernes, 27 de febrero de 2015

Mediación Vecinal, una oportunidad a nuestro alcance

Mediación Vecinal, una oportunidad a nuestro alcance

Nos encontramos inmersos en una sociedad que en pocos lustros ha cambiado su forma de comunicarse. La irrupción de las nuevas tecnologías ha hecho que no solamente tengamos acceso a todo tipo de información, veraz o no, sino que la forma de relacionarnos también ha cambiado.
Sin embargo seguimos siendo ciudadanos que compartimos espacios comunes, y es precisamente en ese ámbito de convivencia diaria real y no virtual, donde el conflicto se produce también. Éste es inevitable, erradicarlo es imposible pues es consustancial a nuestra naturaleza, igual que lo es nuestra sociabilidad, y es ahí donde reside la importancia de la “Mediación Vecinal” como método de gestión y resolución de conflictos.
El conflicto no se produce con una persona que está a kilómetros de distancia y a un click de borrarla de tu vida, de tu entorno. No, la Mediación Vecinal da a las partes implicadas la oportunidad y capacidad, si ellas quieren, de ser las que construyan la solución del problema. Ante el muro que se ha levantado entre ellas, el mediador les da las herramientas necesarias para derribarlo, pero son los mediados los que lo tirarán para después, con los materiales que les dará el mediador “edificar” la solución, que podrá ser una puerta, una ventana, un arco… lo que ellos quieran, pues  dicha solución será como ellos y sólo ellos decidan, con el único límite de la legalidad vigente.
Esta capacidad decisoria de las partes junto con el ahorro de tiempo y dinero frente a otros procedimientos son varias de las ventajas de la mediación así como el menor coste emocional pues los conflictos vecinales pueden darse entre personas que probablemente se seguirán teniendo que ver en la escalera, la plaza del barrio o la cola del autobús e incluso entre quienes han llegado a tener lazos afectivos y a los que estas situaciones pueden causarles sentimientos dolorosos.
Por todo esto es conveniente considerar la Mediación Vecinal como una oportunidad y una experiencia única en nuestra ciudad.


Ángela de Fátima García Zarza

martes, 17 de febrero de 2015

AULA DE MAYORES: LA ILUSIÓN POR SABER


AULA MAYORES: LA ILUSIóN POR SABER 
Por Javier Luceño Méndez

                      Nunca imaginé que aquella tarde fría de Noviembre iban a crecer tanto mis ganas de aprender y trabajar por ser mejor, personal y profesionalmente.
                     ¿Curioso no?, iba a impartir mi primera clase –una práctica de derecho penal-  y seguramente fui yo quien más aprendió y quien se iba con la sensación tan gratificante que a veces tenemos cuando nos hacen un regalo inesperado.
                     Aquellas personas, la mayoría “abuelos”, me habían dado una lección en apenas dos horas. Personas simples, humildes, cariñosas, con gran corazón y por encima de todo con ganas de aprender, cuando ya algunos alcanzaban quizás los que pudieran ser sus últimos años. Realmente me dejó marcado el interés que tomaban en atender y escuchar a un joven con cara de novato en esto de la docencia.
                     Sólo pude compartir con ellos cuatro horas de clase, pero realmente fueron 240 minutos de una profundidad humana asombrosa. En el momento que me despedía de ellos, fue cuando me di cuenta que el derecho penal era lo que menos me importaba. Me marchaba de nuevo rumbo a Sevilla, a casa, con una gran sonrisa, y sí, lleno de satisfacción.
                    Recuerdo a una señora que sin duda era la más participativa del curso, mostraba un interés por encima de los demás, y mi asombro fue cuando en un intercambio de clase, me contaba que llevaba luchando contra la enfermedad del parkinsson desde el año 1998. Sí, diecisiete años luchando. Nos había dado una lección a todos los allí presentes, un ejemplo de ganas de vivir, de ilusión, de aprender, de superarse cada día… Hoy, es complicado encontrarse con un grupo de personas con estas características, conseguir que te presten atención de esa manera, os aseguro que éstas me hicieron sentir ese profesor tan importante que probablemente jamás seré.
Sin duda, “escuchar” -la asignatura social más importante y difícil-, ellos la tenían aprobada con nota muy alta.