jueves, 31 de octubre de 2013

EL BUEN ACUERDO EN MEDIACION



                ¿Qué entendemos por un buen acuerdo en mediación? ¿Siempre tenemos que llegar como objetivo final a la firma del ACUERDO? ¿Podríamos realizar como profesionales de la mediación un trabajo eficaz y eficiente sin necesidad de llegar al mismo?
                En multitud de ocasiones, tanto nosotros, mediadores profesionales, como las partes, nos cegamos en que el objetivo final del proceso de mediación consiste en llegar a un acuerdo. Pero imagínense que las partes finalmente no encuentran intereses y necesidades que puedan equilibrarse satisfactoriamente para ambas después de haber conocido en toda su plenitud el conflicto; ¿Creeis que hemos fracasado como profesionales?
                Queridos amigos/as, siguiendo nuestra filosofía de la Escuela Sevillana de Mediación, más que en la firma del acuerdo, la clave se encuentra en la GESTIÓN del conflicto a lo largo del proceso, mediante el cual se afianzan las relaciones, se construyen y fortalecen los canales de comunicación y diálogo, las partes son concientes del problema y, por tanto, se responsabilizan del mismo, se sienten protagonistas de su problema y elaboran sus propias soluciones o alternativas.
Así bien, una vez trabajado el conflicto en todo su contexto y llegados a tal recorrido y profundo aprendizaje es, en este punto de inflexión donde podemos llegar a  un buen acuerdo justo, estable, equitativo y duradero. ¿Qué pensais sobre esta reflexión?

Margarita Estepa.

martes, 15 de octubre de 2013

EL SILENCIO

¿Y si le dedicamos un momento al silencio? por CONCHA GARCIA ROMERO

Algo que a veces nos resulta incómodo, como es el silencio, puede llegar a ser imprescindible. Si lo encuadramos dentro del proceso de mediación,hemos de darle la importancia que tiene. Existe antes,durante y después del proceso.

Debemos respetar estos momentos de reflexión, asimiliación,de miradas, de comprensión,aceptación o reconocimiento por parte de los mediados.

Es el complemento necesario para ayudar a solucionar el problema. El objetivo fundamental del mismo es generar un espacio para el reencuentro con uno mismo, ayudado por la pregunta y consecuentemente, asumir una actitud reflexiva.

El silencio le permite al mediador prestar atención no sólo a lo que dicen las partes, sino, paradójicamente, a lo que no dicen.
 
El silencio es revelador. Revelador de intenciones, de prejuicios, de emociones. El silencio nos hace cautivo de las miradas y por tanto del contacto mas allá de las palabras.
 
A través del silencio las partes se muestran tal como son y sobre todo "hablan" por los sentidos, las sensaciones.
 
Silencio del Mediador.... silencio de los mediados.... silencio en el proceso.... silencio en las posiciones, en las necesidades, en los intereses. Silencio al fin y al cabo que es necesario, al igual que la discusión, el debate o las muestras de emociones. Valoremos el silencio en su justa medida.... desde la Escuela Sevillana de Mediación y el Sevicio de Mediación de Triana os animamos a "guardar silencios" como experiencias de vida.

jueves, 3 de octubre de 2013

HABLEMOS DEL MEDIADOR

      Hablemos del mediador… (Concha Garcia Romero)
      Quien acude a un proceso de mediación se plantea numerosas preguntas debido al desconocimiento de esta forma de solucionar conflictos, nueva para muchas personas. Dudas como por ejemplo, ¿Cómo irá el proceso? ¿Cómo será el “temido” encuentro con…(familiar, amigo, vecino, socio…)?, ¿Seré capaz de soportarlo? ¿Qué tendré que contar?  Pues bien, antes estas dudas e incertidumbre de los mediados o futuros mediados, el mediador debe presentarse como una persona cercana, que transmita la confianza necesaria de manera que las partes encuentren su espacio para poder trasladarle su circunstancias, emociones, la situación por la que atraviesa y por la que se ven envueltos y es motivo de esta asistencia al proceso de mediación, y todo ello conciliándolo con la profesionalidad que le caracteriza.
      Cuando una persona se encuentra por primera vez delante del mediador, debido al estado en que puede hallarse, es posible que se muestre hermética, nerviosa e incluso violenta. Es por ello que este primer encuentro considero  que debe ser individualizado, dirigido a informar y preparar al mediado para el posible proceso que realizaremos. Será aquí cuando el mediador debe desplegar sus habilidades para hacerle saber que ha elegido una buena opción, para hacerle sentir cómodo y seguro de su decisión, independientemente de que en un futuro decida apartarse del proceso. En definitiva, para crear un ambiente distendido, idóneo para tratar ese tema que tan delicado le es a las partes en conflicto.
      Entonces, ¿cuáles son las características que buscamos en un mediador? Precisamente esta es la pregunta que hacemos en nuestras sesiones a los chicos de los colegios ante los que llevamos a cabo nuestros proyectos de mediación educativa. No es exactamente así la pregunta. Se la planteamos de la siguiente manera: ¿cómo te gusta que sean las personas? Así imaginan cómo sería su ideal y es a ese mismo al que nos gusta adaptarnos. Divertidos, simpáticos, alegres, listos, sinceros, “buena gente”… éstos son algunos de los adjetivos que les gustaría atribuir a su mediador ejemplar, de tal modo que encuentren en esa persona ideal alguien a quien confiarle sus emociones, pensamientos y preocupaciones. Pero evidentemente según con qué tipo de colectivo o mediados estemos, deberemos ajustarnos a unos y otros.
      No sólo hemos de tener ese carácter especial al que nos referíamos anteriormente, sino que también tenemos que cumplir con la imparcialidad que caracteriza a la figura del mediador. Debemos saber manejar las situaciones, controlarlas, incluso me atrevería a decir, “jugar” con ellas, para dirigir el proceso hacia cada una de las fases con las que se debe cumplir.
      Éstas habilidades con las que cuenta y trabaja el mediador, pueden ser adquiridas a través del aprendizaje y sobre todo,  deben formar parte de su personalidad, de manera que, la naturalidad sea la base de este trabajo, que, como siempre decimos, será distinto en cada caso y ajustado a las necesidades de cada conflicto y personas inmersas en ellos.

      ¿Y tú? ¿Sabes cuáles son esas habilidades que tienes y puedes llegar a explotar para ser un buen mediador? 

martes, 1 de octubre de 2013

ASERTIVIDAD


La asertividad puede definirse como la intención de ofrecer un punto de vista sobre un tema determinado, comunicando las ideas y sentimientos propios, sin que la otra persona que escucha se sienta ofendida y por tanto muestre una actitud defensiva.

La asertividad en mediación consiste en tener la capacidad de hablar de nuestra realidad, y al mismo tiempo que la otra parte sea consciente de cómo somos ycómo nos sentimos.

La actitud asertiva en el mediador se manifiesta en cuatro rasgos básicos:

-        Es libre para expresar y manifestar lo que percibe y lo que piensa en el proceso.

-        Capacidad para expresarse con sinceridad, claridad y abiertamente con las partes.

-        Actitud proactiva de lucha por alcanzar su objetivo.

-        Actuar comprendiendo y aceptando sus limitaciones.

En cuanto a los distintos comportamientos asertivos destacan el estar pensando y hablar de uno mismo positivamente, y al mismo tiempo recalcar y resaltar las cualidades de la persona que está en frente.

Entre otros, también está el opinar de manera espontánea y natural, expresando lo que uno quiere o pide, así como mostrando las discrepancias que muestra con la otra parte.

No están dentro de los comportamientos asertivos el tener un comportamiento tímido o pasivo, no abriéndose uno mismo a la otra parte ni al mediador, así como un comportamiento agresivo, ya que éste lo único que consigue es prolongar el conflicto en el tiempo y no poder conseguir un buen clima de convivencia, manteniendo las relaciones y minimizando los efectos negativos del conflicto.

En definitiva, la asertividad nos permite defender nuestra opinión, expresando nuestros intereses de manera espontánea y transmitiendo nuestros sentimientos con la seguridad de que nadie los va a poner en duda, ya que nadie nos conoce mejor que nosotros mismos, así como discrepar con la otra parte de manera pacífica en relación a los distintos puntos de vista. Maria Gamez