lunes, 3 de junio de 2013

DIBUJA Y CREA...Interpretación de dibujos.


Por Margarita Estepa

                Las técnicas de interpretación de dibujos, son unas de las llamadas ´"Técnicas Proyectivas". Como su propio nombre indica, son aquellas en las que la persona "proyecta" aspectos de su "mundo interior", tanto conscientes como inconscientes. A través de ellas, se ponen de manifiesto, rasgos de la personalidad, como inseguridades, miedos, felicidad, agresividad, coherencia, impulsividad, etc.; por ejemplo a través del trazo y la grafía de los dibujos. También se pueden apreciar conflictos relacionales, emocionales o familiares, a través de la temática o de las verbalizaciones que se realizan sobre ellos; según utilicemos el dibujo de la figura humana, el de la familia, dibujo libre, el árbol...etc. Igualmente se pueden ver ilusiones, deseos, expectativas, afán de crecimiento, sentido de la realidad...etc. También podemos apreciar aspectos intelectuales a través de los dibujos, como pueden ser la curiosidad, la capacidad de observación, rasgos de inteligencia como la riqueza verbal, la imaginación, la capacidad creativa, entre otros.

                Así mismo nos aportan datos sobre la persona en cuestión, el contacto que establece durante la realización del mismo, su actitud ante la "prueba", así como el gesto y su expresión corporal.

                Este tipo de técnicas pueden sernos útiles en nuestro trabajo como mediadores, sobre todo con los niños, que viven más cerca del mundo del juego, la fantasía y la creatividad. A partir de ellas te adentras en el mundo interior de la persona, con lo cual, justamente es en este momento, que se impone una reflexión sobre la prudencia y el respeto a la hora de su utilización.

                Como mediadores, utilizaremos esta u otras técnicas como herramientas que en principio den seguridad y nos aporten datos, pero, que en ningún momento nos descentren del sentido de la realidad, es decir, la persona en sí misma. La persona, como la vida, siempre están más allá de cualquier técnica o esquema mental, y sólo podremos "conocer" realmente si soy capaz de "sentir" y "transmitirle" a la otra persona.

                Como mediadores propiciamos el encuentro entre las partes en conflicto. Dicho encuentro se realiza en un área de seguridad y confidencialidad que, permite que sea un espacio de comunicación, aprendizaje y crecimiento para todos, donde se puede expresar, afrontar, asumir responsabilidades, crear y re-crear nuevas vías de actuación que nos permitan gestionar y resolver, en la medida de lo posible, los conflictos planteados. Es ahí donde el mediador se convierte en una especie de "Mago", que facilita y conduce el encuentro en cuestión y que tiene para ello el "poder" que le otorgan las partes mediadas y una serie de herramientas - como estas que nos ocupan- para poder llevar a cabo su trabajo. Es aquí donde la calidad, cualidad e integridad personal del mediador entran en juego; para que el encuentro sea realmente genuino, creativo, positivo y suponga una oportunidad para todos, independientemente de los resultados que se obtengan, y que no dependen del profesional, sino de las partes en su gran totalidad.

                Esto lleva a concluir en una Actitud, que aunque no está en los libros, resulta fundamental para trabajar como mediador/a: "Actitud del eterno y humilde aprendiz". Hace falta humildad para no perderse en el conflicto, para no dirigir, empujar o controlar la situación, para aprender  de todas las situaciones que llegan y que se conviertan en oportunidades. Finalmente, es importante considerar que en nosotros mismos reside nuestro verdadero potencial como mediadores;  es aquí donde se encuentra nuestra ilusión, intuición, fuerza interior, compromiso, creatividad y el verdadero conocimiento que surge de la experiencia vivida. Es por ello que invito a explorar...

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