martes, 18 de junio de 2013

TRASNMITIENDO MEDIACION


Por CONCHA GARCIA 

Ahora que nuestra vida está impregnada de la mediación, y hablo en nombre del equipo de mediadores de Triana, convirtiéndose en una forma de actuar, entender, sentir, pensar, en definitiva de vivir , es hora de transmitir esta vía, no ya de resolución, sino de acatar y prevenir problemas.

Diríamos que es una desconocida, aunque  a la hora de explicar qué es, en qué consiste y cómo se trabaja, a quien pregunta “¿Pero qué es? yo sé que significa mediación, pero exactamente no sé a qué te refieres”, en ese instante encuentro el momento. Mi momento para transmitir mi espíritu de mediadora. Su momento para hacerles ver que hay otra manera de tratar los problemas,  en el que tenemos en cuenta sentimientos, emociones, situaciones. En el que legitimamos a las partes, generamos ese ambiente para que sus posicionamientos se evidencien a la otra parte que hasta entonces sólo había entendido su postura como la válida. Siempre les digo a aquellos que no tenían conocimiento de la mediación que para mí es una forma más humana de solucionar conflictos.
Como hicimos la semana pasada, hemos de echarnos a la calle, tenemos que difundir, informar, dar a conocer la mediación. Cuando hablamos de lo que hacemos y a qué nos dedicamos, se refleja en nuestras palabras, en nuestras explicaciones, en nuestra mirada, incluso en nuestros gestos, porque estamos completamente convencidos, porque creemos firmemente en la mediación, porque para nosotros, las relaciones humanas son fundamento de la convivencia, felicidad y bienestar, y sabemos que ésta es la forma en la que se han de tratar muchos de los problemas que a la sociedad se les plantea y por los que sufren. Tenemos que difundir la idea de que hay una forma mejor de solventar nuestras disputas.

No debemos olvidar  a los escépticos, pero aun así, si les contamos nuestras experiencias, nuestra forma de trabajar, la acogida de la mediación de quienes llevan tiempo inmersos en un problema y cuando se han sentado en nuestra mesa han descubierto otro camino y se les han abierto los ojos, han descubierto cuál era el punto de vista de esa persona con la que llevaba tiempo en una situación dolorosa e incómoda, cuando contextualizamos y le contamos nuestra forma de actuar, les hacemos visible esta opción, que, aun no creyéndola al cien por cien, siempre quedará un resquicio de nuestra emoción y visión en su memoria y quizá les llegue el día en el que le encuentren sentido e incluso la necesidad de acudir a ella.
No me importa que me llamen soñadora, de hecho me encanta ¿hay algo más hermoso que disfrutar en la realidad de tu sueño? Pero no somos tan idealistas. Es complicado que la gente deposite su confianza en un mediador, es complicado hacerles llegar a todos este camino, es difícil su dispersión y extensión, por lo que tenemos que trabajar en ello. No queremos que el mundo se pierda esta oportunidad. Nuestra meta principal es  que  crean en ella y la practiquen. Probablemente sea una cuestión cultural, porque desde nuestro punto de vista, hay que inculcar la mediación desde los primeros años, de esta manera adquiriríamos una madurez más completa, ya que entenderíamos los problemas de manera distinta, lograríamos una implicación distinta en ellos e incluso prevendríamos situaciones duras y desapacibles.
Sabemos que el éxito de la mediación en nuestra sociedad es un camino de largo recorrido, pero que poco a poco lo estamos trazando, que tenemos que acudir a fórmulas innovadoras para difundir este método.

Que nos llamen locos, ilusos o idealistas, pero gracias a estas locuras, ilusiones e ideas, de alguna manera le hacemos llegar a las personas una forma de resolver los problemas en la que, dicha controversia, se trata desde una perspectiva de cambio y oportunidad. En definitiva, le mostramos una manera más satisfactoria y positiva de enfrentarse a los conflictos.

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